Artículo de opinión

Artículo de opinión

Teresa Silva. Estudiante del Doctorado en Educación en la Universidad de Carabobo

El Docente y su rol socio-cultural desde una perspectiva compleja

Una de las finalidades de nuestra educación es formar al individuo para que asuma las transformaciones que demanda la sociedad. Esa formación, significa capacitarlo en las diversas áreas del conocimiento es decir; con principios, virtudes, valores de libertad, cooperación, solidaridad, con una “actitud reflexiva, crítica e independiente, con elevado interés por la actividad científica, humanista y artística” (CNB) es decir; una formación integral, que los “conlleve a la construcción de la nueva sociedad” (CNB). Pero… ¿Quién va a formar ese individuo? La responsabilidad de esa formación la tiene el docente.

Para ello el docente debe actuar estratégicamente con objetivos definidos, para lograr un impacto social a través de la acción socio-cultural. En estos tiempos de globalización el docente está obligado a ser eficiente desembarazándose de su viejo rol pasivo y asumir una realidad que lo obliga hacer un agente modificador, transformador y constructor del nuevo universo educativo, de la nueva sociedad que le toca vivir y asumir.

La condición de promotor de la participación trae a la memoria la imagen del liderazgo del maestro en la comunidad local que se dio en no pocas ocasiones en el pasado. Los rasgos con que se le describe hacen referencia al papel de animador de la organización, coordinación y administración de los procesos comunitarios y educativos en que se debe implicar el docente.

Así se trata de recobrar para el perfil del docente una característica que, en muchos educadores, sobre todo rurales está perdida y que pudieran tener resonancia en su prestigio y significación social.

“El ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico. (Morín 1999) esto significa que el docente debe ser una persona que comprenda que las partes dependen del todo y el todo las partes, no puede trabajar aislado dentro de su rol socio-cultural, asumiendo el reto de generar conceptos y nociones que le permitan comprender mejor la interrelación entre alumnos, educadores y comunidad en general, desde esta perspectiva al docente se le reconoce como artífice y protagonista en la introducción de transformaciones en la educación.