Por: Iris Oviedo Doctorando en Educación. Universidad de Carabobo.
El eje de la acción docente es la capacidad de interpretar la realidad y la capacidad de ayudar a los estudiantes a dar sentido a esa realidad, contribuyendo a la transformación de su sociedad, preparando personas adecuadamente calificadas y formando ciudadanos de alta calidad académica. Para lograr esto, el docente en su hacer, debe valerse de una serie de estrategias que sirven para apoyar el desarrollo de tareas intelectuales y manuales, las cuales se derivan de los contenidos que se van a desarrollar dentro de la planificación del docente.
Estas estrategias son esenciales para el aprendizaje. A través de ellas, se busca la integración del alumno en el proceso de aprendizaje, para lo cual se requiere de un ambiente propicio, así como la actuación de un docente que implemente y fomente el uso de estrategias, que actúe como un facilitador y promotor del aprendizaje del alumno. La labor del docente a este respecto es ayudar y facilitar al estudiante a dar sentido a su sistema de conceptos, deberá ingeniar y crear situaciones en las cuales el estudiantes tenga la oportunidad de afinar sus herramientas de trabajo mental desarrollando sus capacidades de análisis, de juicio, de síntesis, de hipotetizar, de transformar, y de evaluar al estudiante.
Así mismo, el docente deberá crear condiciones en el aula de clases a través de las cuales el estudiante pueda desarrollar actitudes positivas hacia el aprendizaje, y en la medida en que este proceso se convierta en un acto consciente para el estudiante, mayor será el provecho que el que pueda sacarle. Es importante resaltar que la estrecha relación que se establece ente el docente y el alumno es la esencia del proceso pedagógico.
En relación a lo anteriormente expuesto, el trabajo del docente no consiste tan solo en trasmitir información, sino en presentarlos en forma de problemática, situándolos en un contexto de manera que el estudiante pueda establecer el nexo entre su solución y otras interrogantes de mayor alcance. El docente dentro de su hacer, debe ofrecer el desarrollo de actividades, estrategias y recursos impregnados de innovación que satisfagan las expectativas y necesidades del estudiante y de la sociedad.
De allí que nuestra docencia debe estar basada en procesos pedagógicos orientados a la estimulación del crecimiento intelectual del estudiante, mediante la configuración de estructuras cognitivas que le permitan aprender a aprender, o sea para que aprendan a indagar, a interrogar, a cuestionar, a seleccionar, a deducir, a inducir, a comunicar, a innovar; a investigar mediante la implementación de estrategias en el aula ya que el mundo moderno con sus implicaciones políticas, sociales, económicas y tecnológicas nos plantea una serie de retos y de opciones para nuestra docencia, las cuales debemos asumir plenamente.
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