Universidad de Carabobo - Facultad de Educación - Dirección de Postgrado - Doctorado en Educación



Este espacio tiene como finalidad difundir y promover las producciones escritas del Proyecto Libre: Elaboración y Publicación de Informes Científicos, desarrolladas por los participantes del Doctorado en Educación de la Universidad de Carabobo -Núcleo Guanare (periodo 2011-3), con las orientaciones del facilitador Dr. Julio González.

Este curso está concebido bajo la idea de que el proceso de divulgar un conocimiento producto de un investigación será más efectivo en la medida en que se disponga de diferentes modalidades para su difusión entre los miembros de la comunidad cientifica.


sábado, 26 de noviembre de 2011

MADUREZ DEL APRENDIZAJE Vs. RENDIMIENTO ESCOLAR


Nancy Peñaloza.
Doctorando de la Universidad de Carabobo, Venezuela.
Hablar de aprendizaje es considerar al sujeto que aprende como un ser integral, en otras palabras, como una unidad BIOPSICOSOCIAL a la cual la autora consiera agregar la parte espiritual, enfocada en los distintos valores que necesita el ser humano para su proceso de crecimiento y formación. Todos estos factores: biológico, psicológico, social y espiritual que implican a ese ser como un ente, deben ir concatenados, funcionando de manera armoniosa y en cooperación mutua, de lo contrario, podemos percibir muchas dificultades en quienes aprenden. Por lo tanto, se puede considerar que el rendimiento de un estudiante es el resultado de una serie de componentes tanto intrínsecos como extrínsecos, entre ellos la inteligencia, la personalidad, la adaptación familiar, escolar y social, los intereses de los estudiantes, los estilos de aprendizaje, las estrategias que aplica el maestro, entre otros muchos aspectos que podrían enmarcarse dentro del contexto escolar, donde todos deben actuar de manera coherente, de lo contrario, la falla o debilidad en cualquiera de ellos deteriora el proceso de aprendizaje.
Ahora bien, los estudiantes han de disponer de ciertas habilidades y competencias acordes a su grado de madurez para lograr el éxito escolar, de no ser así, las dificultades de aprendizaje pueden hacerse presentes en cualquier momento de su prosecución educativa, esto muy específicamente en los niños del nivel de educación inicial. En relación al término madurez del aprendizaje, Sandoval, Garcia y Cermeño (2010), expresan que el mismo “debe entenderse como la capacidad natural del niño, adquirida a lo largo de su crecimiento y evolución biológica, para enfrentarse exitosamente a lo que la escuela demanda de él” (p. 52). En otras palabras, quien aprende amerita de ciertas aptitudes imprescindibles para adquirir diversas destrezas y/o aprendizajes, para ello debe existir una correlación pertinente entre la edad cronológica del niño y su edad mental, este grado de madurez también lleva implícito elementos ambientales o socioculturales como los estímulos y oportunidades que le brinda el entorno donde se desenvuelve el sujeto que aprende.
Se hace pertinente agregar, que el término de aprendizaje es divergente en distintos autores, lo que si es cierto es que la acción de aprender es una conducta individualista y personal, lo que implica que todo nuevo aprendizaje pasa por una etapa de resistencia que ha de vencerse, para lo cual son necesarias estrategias, entrenamiento y esfuerzo, que al articularse junto a otros elementos de tipo orgánico, llevan a la aprehensión de nuevos conocimientos. Sin embargo, es importante destacar que para lograr el aprendizaje, es necesario que el estudiante tenga un grado de madurez suficiente para la conducta que quiere aprender, de modo que, el grado de desarrollo intelectual en los infantes, va a influir de forma decisiva en su rendimiento escolar, pero no se debe dejar atrás, los métodos y estrategias del docente para lograr el aprendizaje en sus estudiantes. Por lo tanto, la enseñanza y el aprendizaje como procesos, requieren de una relación bien estrecha, la cual puede verse afectada por diversos factores. Al respecto, se puede afirmar que rinde más el niño(a) con un adecuado desarrollo de su madurez, que aquellos que presentan debilidades en su desarrollo integral.
Sandoval y otros (citado), aseveran que para el éxito o fracaso escolar, no sólo influye de forma directa la inteligencia o las aptitudes del niño(a), sino que la madurez escolar está establecida por una serie de factores complejos que no son fácilmente definibles y percibidos con diligencia en el ámbito escolar, sobre todo en el nivel de preescolar, debido a que precisamente es hasta los seis años de edad, donde las psicofunciones básicas para el aprendizaje deben ser estimuladas y atendidas en caso de mostrar conductas no acordes al nivel de maduración escolar correlacionado a la fase educativa en que se encuentre el infante. Entre los factores implicados de acuerdo a los mismos autores (ob.cit) para la maduración escolar están los siguientes: Desarrollo psicomotriz, Conductas motrices de base, Lateralidad, Conductas perceptivo-motrices, Desarrollo de la Percepción, Desarrollo lingüísticos, Rasgos de personalidad, Desarrollo cognitivo y Aspectos sociofamiliares, donde se incluyen en cada uno de ellos una serie de indicadores pertinentes en cada área, que deben ser evaluados y observados por el docente
       Como se puede observar, el aprendizaje es un proceso bien complejo, que supone un grado de madurez personal para el que aprende. Y aunque los autores citados, hacen mayor referencia a niños de edad escolar, enfatizando  los problemas de rendimiento y fracaso escolar en el nivel de educación primaria, es relevante precisar que tal vez no todos los niños(as) tienen ese grado de madurez óptimo que ellos consideran fundamentales para aprender, cuando son promovidos del preescolar al primer grado. De aquí, surge la importante que tiene  la actuación y perspicacia del docente del nivel de educación inicial, al decidir de manera responsable si se debe o no, promover a un niño antes de los 6 años de edad al nivel de primaria, y tener muy presente también, aquellos infantes cuyas competencias han estado muy por debajo de su madurez. 
Esto conlleva, a reflexionar sobre una evaluación bien precisa durante la etapa del preescolar, especialmente en el último nivel, considerando que la exigencia en el grado superior es mayor. Si se consideran todos estos factores antes de promover al niño(a) de un nivel a otro,  se podría evitar posibles deficiencias en el aprendizaje que pudiese acarrear el infante en los sucesivos grados escolares. De esto se desprende, la importancia de conocer la verdadera coordinación del desarrollo físico, la salud del niño, el medio familiar y social, así como los factores educativos relacionadas tanto con la edad cronológica como con la madurez mental de los niños(as), pudiendo representar esta acción desde cualquier punto de vista, la clave de sucesivos problemas que pueden confrontar estos infantes durante sus primeros grados de escolaridad, lo cual debe llevar a todos los docentes, específicamente a los de preescolar, a preocuparse y a ocuparse sobre la verdadera relación entre la madurez para el aprendizaje y el rendimiento escolar.


Bibliografia Consultada.
Sandoval F. García N. y Cermeño F. (2010). Triunfar en la Escuela. Guía para afrontar el fracaso escolar. Orientaciones para padres y profesores. La esfera de los libros S.L. Madrid, España

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