Universidad de Carabobo - Facultad de Educación - Dirección de Postgrado - Doctorado en Educación



Este espacio tiene como finalidad difundir y promover las producciones escritas del Proyecto Libre: Elaboración y Publicación de Informes Científicos, desarrolladas por los participantes del Doctorado en Educación de la Universidad de Carabobo -Núcleo Guanare (periodo 2011-3), con las orientaciones del facilitador Dr. Julio González.

Este curso está concebido bajo la idea de que el proceso de divulgar un conocimiento producto de un investigación será más efectivo en la medida en que se disponga de diferentes modalidades para su difusión entre los miembros de la comunidad cientifica.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Obsceno

Universidad de Carabobo
Facultad de Ciencias de la Educación
Dirección de Postgrado FACE
Doctorado en Educación
COHORTE 2010

Dr. Julio González Bello.
Obsceno

AUTOR: Alexis Márquez Rodríguez.
PUBLICACION: 22/10/2011 09:24:14 p.m.

Yamilet M. Pérez R. Yolimar M. Pérez R.

La comunicación constituye un aspecto esencial para el desarrollo integral del hombre, a ella se vincula, en gran medida, el desarrollo del pensamiento, la memoria, la imaginación, la capacidad de aprender, de conocer el medio que le rodea y de aprender a transformarlo.


El lenguaje es un fenómeno social que nació del trabajo y la convivencia social de los hombres, representa una actividad muy complicada, estrechamente interrelacionada con las demás funciones psíquicas del individuo, intelectual, emocional, motivacional.

La importancia del lenguaje es que nos permite desarrollarnos como un ser social, que piensa, habla y expresa lo que siente libremente.... ahora bien este lenguaje en muchas oportunidades se justifican o no la utilización de palabras obscenas?
Los conceptos de obscenos, grosero, vulgar e insolente son convencionalmente y muy subjetivos dependen más del criterio y de la conciencia de las personas que del lenguaje mismo.

Con la lengua el porque de las palabras obscenas? Se han realizado múltiples reportajes al respecto.
Ya en el Nacional de fecha 18 de marzo del 2001, se reseñaba el tema de las llamadas «palabras obscenas». Ante las críticas de algunos lectores a El Nacional por dar cabida, en artículos de opinión y otros textos, a presuntas malas palabras y frases consideradas obscenas, vulgares, groseras, etc, el ombudsman, Elías Santana, y su magnífico equipo promovieron un encuentro interesantísimo entre una lectora muy distinguida y otras personas, entre los cuales participo Alexis Márquez Rodríguez. La motivación inmediata fueron las protestas, por haber empleado en dos de sus fulgurantes crónicas la expresión «coños de madre» para referirse a ciertas personas a quienes, sin duda, sólo de esa manera puede definírselas.
Lo primero es llamar la atención sobre la ambigüedad de los términos. ¿Qué son «malas palabras», o palabras «groseras», «vulgares» u «obscenas»? «Grosero» viene de «grueso», y es lo ordinario, tosco, basto, por lo que muchas palabras groseras no tienen por qué ser obscenas, como «sobaco», «verija», «gargajo», «culo» o «mierda».
«Vulgar» viene de «vulgo», y a éste lo define el DRAE como «El común de la gente popular». De modo que tampoco pueden asimilarse, en cuanto al lenguaje, lo «vulgar» y lo «obsceno». Expresiones como «pa’allá» y «pa’cá», «me importa un chorizo», «Fulano peló gajo» son vulgares, pero no obscenas. «Lenguaje vulgar» dicen los lingüistas, para oponerlo a «lenguaje culto» o «académico».
«Obsceno», finalmente, es lo «Impúdico, torpe, ofensivo al pudor» (DRAE). Desde luego, hay palabras y frases que pueden ofender el pudor de ciertas personas, pero no de todas, por lo que lo «obsceno» de algunas expresiones es subjetivo, depende de la mentalidad de las personas y no del lenguaje mismo. Además, hay muchas cosas obscenas que no son palabras ni frases. La miseria extrema, el robo descarado de los dineros públicos, la sordidez de algunas conductas y de algunos ambientes son «obscenos», sin que tengan nada que ver con el lenguaje.
También hay que dilucidar dónde reside lo presuntamente obsceno de una palabra: ¿en la idea contenida en ella, en la palabra misma, en su sonido o en su estructura morfológica? La pregunta es pertinente, porque uno no se explica que vocablos como «prostituta», «ramera», «meretriz» y decenas más equivalentes no sean obscenas, y sí lo sea «puta». Ni tampoco por qué ciertas palabras son obscenas en unos lugares y en otros no. «Cholas» en los Andes son los testículos, y como tal hay quienes la consideran obscena; pero en otros lugares son las «chancletas» caseras. «Cuca», para algunos, como uno de los muchos nombres del órgano sexual femenino, es obsceno, pero para otros es una sabrosa golosina o un simpático nombre de mujer.
Lo único cierto de todo esto es que las «obscenidades» son meros convencionalismos, casi siempre teñidos de hipocresía y de ñoñez. Lo hipócrita reside, entre otras cosas, en que mucha gente las dice en privado y no se atreven a decirlas en público, y hasta critican a quienes lo hacen.
En realidad, estas palabras poseen una gran carga expresiva, y por eso su uso es catártico, sirve de desahogo emocional, a veces el único posible. Por eso no debe abusarse de ellas, pues su repetición indiscriminada y sin una buena dosificación las desgasta y hace que pierdan su potencia expresiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario