Universidad de Carabobo - Facultad de Educación - Dirección de Postgrado - Doctorado en Educación



Este espacio tiene como finalidad difundir y promover las producciones escritas del Proyecto Libre: Elaboración y Publicación de Informes Científicos, desarrolladas por los participantes del Doctorado en Educación de la Universidad de Carabobo -Núcleo Guanare (periodo 2011-3), con las orientaciones del facilitador Dr. Julio González.

Este curso está concebido bajo la idea de que el proceso de divulgar un conocimiento producto de un investigación será más efectivo en la medida en que se disponga de diferentes modalidades para su difusión entre los miembros de la comunidad cientifica.


jueves, 8 de diciembre de 2011

El docente como mediador en el proceso transformador de la lectura

Rosalba Bueno 
rosalbabueno@gmail.com
                                   “El maestro no es quien siempre enseña,
sino quien de repente, aprende”
 Machado (2002)
Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, desde la primaria hasta la educación superior, se necesita leer una variada gama de textos para apropiarse de diferentes conocimientos. En buena medida los conocimientos que adquiere un estudiante, le llegan a través de la lectura.
Con frecuencia, los profesores consideran que los alumnos saben leer, porque sencillamente pueden visualizar los signos y repetirlos oralmente, o bien porque tienen la capacidad para decodificar un texto escrito. Sin embargo, decodificación no es comprensión, que sería un primer nivel de lectura, con lo cual no debe conformarse el docente, ni el estudiante.
Leer, es más que descifrar el significado de las palabras o ubicar ideas principales en un texto escrito, es un proceso continuo que dura toda la vida y que se desarrolla de acuerdo a los variados tipos de textos y a los distintos propósitos que el lector se plantea. Leer requiere de un constante aprendizaje de nuevas técnicas de lectura, nuevo vocabulario, nuevas estructuras gramaticales; es decir, se requiere del dominio de habilidades lectoras más complejas. Desde este punto de vista, “enseñar a leer no es oponer un saber, el del educador, contra otro saber, el del alumno, sino colocar una experiencia junto a la otra” (Larrosa, 1998).
Esta experiencia de la lectura no es únicamente el desciframiento de un código, sino más bien la construcción de un sentido. Larrosa (Ob.Cit.) señala que este sentido se debe percibir desde el texto y no fuera de él, por eso si un profesor se limita a mostrar el código está convirtiendo el texto en una cosa que hay que analizar y no en una voz que hay que escuchar.
Machado (1998) argumenta que “lo que lleva al niño a leer, más que cualquier otra cosa, es el ejemplo”. Esto puede ser realmente alarmante si nos detenemos a pensar en las realidades de nuestros hogares, donde se evidencia la lejanía de esta cultura al no reservar espacios (tiempo y lugar) para la lectura (Espinoza, 2000). No obstante, Machado (1998) considera que existe una segunda oportunidad: “La escuela, como un lugar para el descubrimiento y formación del futuro lector”.
La lectura constituye proceso complejo que exige un replanteo de la enseñanza; Castillón (2001) considera que el docente tiene un importante rol como mediador del proceso de aprendizaje y por lo que debe establecer una interacción entre él y sus estudiantes, orientada hacia el entrenamiento y práctica en el uso de estrategias valiosas y específicas que le permitan al educando, apropiarse de su propio proceso de aprendizaje, lógicamente siempre con el acompañamiento pedagógico pertinente de acuerdo a la experiencia desarrollada.
Por último, se hace necesario considerar que aunado a la acción mediadora del docente, también es importante, generar espacios de discusión y análisis dentro de las mismas instituciones educativas, que sirvan para la creación, diseño y compartir de situaciones pedagógicas, y sobre todo de la evaluación individual y grupal de las mismas. De esta manera no sólo se verá enriquecida la labor del docente, sino también la de los organismos y dependencias encargadas del planeamiento educativo y de la elaboración de los diseños curriculares, ya que tanto unos como los otros contarían con una realimentación real y continua, lo que alude realmente a la formación y aprendizaje permanente, no sólo del alumno, sino también del docente.
Referencias
Castillón, Silvia (2001). Estrategias para la Construcción de Lectores. Hojas de Lectura n° 57.
Espinoza, H. (2000). Estrés Y Comprensión de la Lectura. Un Estudio Etnográfico. Caracas.U.C-UCAB.

Larrosa, J. (2003). La Experiencia de la lectura. Barcelona: Laerts.

Machado, Ana M. (2002). Lectura, escuela y Creación Literaria. Editorial Anaya. Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario